En el empate de la Roma (1-1) con la Atalanta, el Olímpico volvió a demostrar su amor infinito por el técnico portugués.
A pesar de que los años avanzan y el fútbol evoluciona, la relación entre polémicas y José Mourinho parece inmutable. En el reciente empate de la Roma con la Atalanta (1-1), el técnico portugués fue expulsado en el tiempo de descuento, una sanción que se gestó a lo largo de los 90 minutos. Ya en la primera mitad había visto la amarilla, pero fue al final del encuentro cuando recibió la roja, privándolo de dirigir desde el banquillo contra el Milan.
Lo sorprendente fue la reacción de la afición. Mourinho, cuyo contrato termina en junio y aún no ha llegado a un acuerdo para su renovación, cuenta con el apoyo de los hinchas. Tras su expulsión, en lugar de mostrar descontento, los tifosi empezaron a cantar «JOSE MOURINHO LALALA». Aunque el técnico portugués expresó su desacuerdo con las decisiones arbitrales a lo largo del partido, fue una acción con Lukaku lo que lo llevó al límite, protestando airadamente la no señalización de una falta clara. Su frustración continuó al finalizar el partido, optando por no hablar con la prensa y regresando directamente a casa.
A pesar de la expulsión, Mourinho podrá dirigir desde el banquillo en el próximo partido contra la Lazio en la Copa (18h), un encuentro en el que el ganador asegurará un lugar en las semifinales.
