La experiencia de ser entrenador del Barça es desafiante y agotadora. Xavi, en sus declaraciones recientes, revela cómo el banquillo culé le ha desgastado hasta el punto de considerar abandonar. Sin embargo, este agotamiento no es algo exclusivo de Xavi; muchos entrenadores de renombre han sentido lo mismo antes que él. El Barcelona parece devorar a sus propios mitos.
Incluso entrenadores exitosos como Luis Enrique y Pep Guardiola han sentido el peso de dirigir al Barcelona. Luis Enrique expresó su necesidad de descansar y desconectar en 2017, mientras que Guardiola admitió sentirse vacío y agotado tanto física como mentalmente en 2012. A pesar de los logros obtenidos, la presión y las demandas del club les habían consumido emocionalmente.
Este ciclo de desgaste parece repetirse una y otra vez. El Barcelona lucha por mantener un proyecto a largo plazo, incluso con entrenadores que han sido figuras emblemáticas como jugadores. Xavi, al igual que Guardiola y Luis Enrique, se enfrenta a este desafío.
En las últimas décadas, el club no ha logrado retener a sus entrenadores por períodos prolongados. Desde la era de Johan Cruyff, cuya segunda etapa duró desde 1991 hasta 1996, ningún técnico ha resistido la presión y las exigencias del cargo por mucho tiempo. Incluso Xavi reconoce esta realidad, señalando que es imposible replicar la longevidad de un Alex Ferguson en el Barcelona.
En resumen, el banquillo del Barça sigue siendo un lugar de desafíos constantes, donde los entrenadores luchan por mantenerse a flote en medio de las expectativas y las demandas del club.
